Terapia Neural – Sistema Nervioso Vegetativo

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En nuestro cuerpo existen diversos sistemas de conducción de información, siendo uno de los principales el Sistema Nervioso Vegetativo. Este sistema permite el control, autogobierno y la organización en nuestro organismo. Cuando se daña permanentemente un tejido y sus células, se dificulta el flujo de información a través del Sistema Nerurovegetativo, alterando también las posibilidades de autorreparación de nuestro organismo. Se entiende por Terapia Neural como el tratamiento específico del sistema nervioso vegetativo y de los nervios periféricos por medio de anestésicos locales.

Fue descubierta accidentalmente por los doctores Ferdinand y Walter Huneke en Alemania en los años 20. Utilizando anestésicos locales, lograron mejorar y aliviar patologías crónicas y dolorosas en muchos pacientes.

Una célula despolarizada pierde su potencial de membrana (0 mv, o al menos un potencial muy bajo) por un estímulo irritativo demasiado fuerte y no está en condiciones de recuperarlo por sí misma. El anestésico local en baja dilución y en microdosis, con sus 290 mv, repolariza y estabiliza la célula. Pasado el efecto anestésico, retiene la célula por cierto tiempo el potencial recuperado, normalizándose sus funciones. Este es el efecto neural terapéutico de la procaína. 

El primer campo interferente fue descubierto por Ferdinand Huneke en 1940, cuando por medio de una inyección en una cicatriz vieja de osteomielitis en la tibia hizo desaparecer una periartritis húmero-escapular en el lado contrario de la tibia. En el curso de los años posteriores, se demostró que en cualquier punto del organismo, a raíz de un estímulo activo o ya inerte, ya sea infeccioso, químico, físico o traumático, se puede desarrollar un campo interferente y por lo tanto puede provocar interferencias o molestias en cualquier otra parte del organismo.

La Terapia Neural busca neutralizar las irritaciones del sistema nervioso vegetativo que desencadenan en síntoma o enfermedad. Su funcionamiento se basa en el uso de un anestésico local, la procaína (descubierta en 1905), la cual se infiltra en la fibra dañada a disoluciones muy bajas.

Los terceros molares pueden ocasionar un campo interferente.  (muelas del juicio) son los últimos ubicados a cada lado de los maxilares. Además, son los últimos dientes en aparecer y esto generalmente ocurre cuando la persona tiene entre 16 y 20 años. Como son los últimos en erupcionar, con frecuencia la boca no tiene suficiente espacio libre para acomodarlos. Cuando eso ocurre, quedan atrapados por otros dientes o por el mismo hueso, debajo del tejido gingival. Si los dientes quedan retenidos, se produce dolor e hinchazón en la zona, produciendo un campo interferente, el cual puede ocasionar diversas patología en el individuo.